Pierrepoint fue el verdugo más prolífico del Reino Unido: ejecutó a más de 400 personas, lo que le llevó a ser considerado por el gobierno inglés “el verdugo más eficiente”, aunque con el tiempo Pierrepoint se volvió un férreo crítico de la pena de muerte.
Durante 24 años este ejecutor repitió una misma rutina. Miraba fijamente a los condenados, después los inmovilizaba de pies y manos, para luego cubrir su rostro con una capucha.
Finalmente, rodeaba su cuello con la soga y accionaba la trampa que ponía fin a la vida del condenado. Tras la ejecución, inspeccionaba la herida y registraba todo en su diario.
La limpieza y eficacia de su trabajo fue legendaria, tanto que una vez ejecutó a un reo en sólo siete segundos, y en otra ocasión colgó en 24 horas a 27 hombres acusados de crímenes de guerra.
LA CAJA DEL VERDUGO
Albert Pierrepoint era meticuloso en su trabajo y hasta la fecha se conservan varios de los objetos que utilizaba en su oficio. Tenía una caja que siempre lo acompañaba, en ella guardaba sus principales herramientas: un lazo, una capucha, un par de esposas, correas para sujetar los pies, una soga y la manija que accionaba la trampa del cadalso para dejar suspendido en el aire el cuerpo del ahorcado.
También llevaba siempre una botella de whisky en caso de que el condenado requiriera de un trago para enfrentar de manera decorosa su fatídico destino. Varios de estos objetos, cien en total asociados a Pierrepoint, fueron subastados por la casa Christie’s en más de 100 mil dólares.
Quienes lo conocieron aseguran que él no se sentía afectado por las ejecuciones, y que estaba lejos de ser un monstruo. Nunca hablaba de su trabajo y tenía prohibido a sus asistentes realizar bromas sobre los cadáveres de los condenados.
TRADICIÓN FAMILIAR
Pierrepoint deseaba ser verdugo desde los 11 años, lo cual no resulta extraño pues llevaba el oficio en las venas: su padre Henry y su tío Thomas habían desempeñado el mismo trabajo antes que él.
Henry Pierrepoint fue el pionero de la familia. Desempeñó el puesto de verdugo de 1900 a 1910, año en el que se le despidió por llegar en estado de ebriedad a una ejecución.
Llevaba un diario detallado de sus ejecuciones, donde apuntaba los nombres de sus víctimas, edades, peso e incluso una descripción del cuello de los ahorcados tras el castigo. Albert Pierrepoint continuó con esta costumbre, pero omitió el análisis final del cadáver por considerarlo de mal gusto.
La labor de Henry influyó en su hermano mayor Thomas, quien también fue verdugo durante 37 años. Thomas se retiró cuando tenía más de 70 años y fue el tutor del joven Albert, quien fungió como su asistente durante la Segunda Guerra Mundial. Henry nunca vio trabajar a su hijo; murió 10 años antes de que se iniciara en el oficio familiar.
CRÍMENES DE GUERRA
Fue el 26 de septiembre de 1932 cuando Albert Pierrepoint, en ese entonces de 27 años, fue nombrado verdugo asistente en la prisión de Strangeways, en Manchester, Inglaterra. Su primera ejecución, sin embargo, tuvo lugar en Dublín, Irlanda.
Diez años después Albert ya era el Verdugo Oficial de la Gran Bretaña. Fue muy discreto con esta labor y se mantuvo fuera de los reflectores, aunque años después se convirtió en una celebridad.
Su primera víctima como verdugo fue el mafioso Antonio Mancini, el 17 de octubre de 1941. Le siguieron criminales famosos como William Joyce, apodado ‘Lord Haw Haw’, acusado de colaborar con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Uno de los episodios más famosos en la vida del verdugo sucedió el 13 de diciembre de 1945, cuando viajó a Alemania para ejecutar a la llamada ‘Bestia de Belsen’, Josef Kramer, quien fue comandante del campo de concentración de Bergen-Belsen y previamente había colaborado en Auschwitz.
La ejecución incluyó a otros 12 oficiales nazis, una de ellas, Irma Grese, famosa por torturar con un látigo a los prisioneros judíos mientras caminaban rumbo a la cámara de gas.
En total, se especula que Albert colgó a unos 200 prisioneros de guerra nazis.
DOBLE VIDA
Albert Pierrepoint mantuvo su oficio de verdugo en secreto. Pese a sus constantes salidas, pues era requerido para ejecutar personas incluso fuera del Reino Unido, mantuvo un perfil bajo con el fin de no llamar la atención.
Con el tiempo compró un bar, el cual atendía en compañía de su esposa. Fue tal su discreción, que ella no supo de su trabajo como verdugo sino hasta que un reportero alemán intentó entrevistarlo por su participación en la ejecución de los nazis en 1945.
Albert se negó a responder a la prensa, lo que le permitió conservar su trabajo. En su biografía escribió que tras contarle la verdad, su esposa nunca le volvió a hacer una pregunta acerca de su otra profesión.
Varias de las víctimas de Albert recibieron gran atención mediática, como fue el caso de John George Haigh, bautizado como el ‘Asesino del baño ácido’ o el ‘Vampiro de Londres’, quien disolvía los cadáveres de sus víctimas en ácido sulfúrico.
Por otro lado su trabajo se hacía cada vez más complicado, pues las fallas del sistema de justicia derivaron en errores en las ejecuciones. Hubo casos polémicos, como el ahorcamiento de Derek Bentley, un joven de 19 años diagnosticado con la edad mental de un niño de 11 años, implicado en el asesinato de un policía.
Las cosas se complicaron aún más cuando, el 13 de julio de 1955, llevaron a Ruth Ellis a la horca acusada de asesinar a su marido. El caso conmocionó a Inglaterra y cientos de personas protestaron fuera de la prisión de Holloway, donde se llevó a cabo la ejecución. Ellis fue la última mujer que murió en la horca en el Reino Unido.
LOS ÚLTIMOS DÍAS COMO VERDUGO
Un año después Albert Pierrepoint renunció a su puesto como verdugo oficial debido a un contratiempo con su pago. Un condenado a muerte había sido indultado pero los encargados de la prisión se negaron a pagarle.
Todavía se realizaron 37 ejecuciones más en el Reino Unido, y cinco años después, en 1969, la pena de muerte se abolió.
Pese a que en 1950 Pierrepoint había defendido las ejecuciones en la horca, al considerarlas rápidas e indoloras, en sus últimos años de vida criticó la pena de muerte.
Tras abandonar su labor como verdugo a los 51 años, Pierrepoint se dedicó a atender su bar y murió en un asilo a los 87 años.
Source: muyinteresante.com.mx, Francisco Coca Herrera, November 12, 2019
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