El Tribunal del Cuarto Distrito de la Corte de Apelaciones, con sede en la ciudad de West Palm Beach, ha convocado para ese día al abogado de Pablo Ibar a una sesión en la que el letrado solicitará la revocación de la cadena perpetua y al mismo tiempo la celebración de un nuevo juicio, esta vez ante un juez imparcial y no como sucedió en el proceso anterior.
A la comparecencia también ha sido convocada la Fiscalía que, asimismo, expondrá su tesis contraria a la de la defensa, informa la Asociación Pablo Ibar – Juicio Justo.
El abogado de Ibar, Joe Nascimento, dispondrá de apenas veinte minutos para desarrollar los motivos por los que pide que su patrocinado sea juzgado de nuevo.
Con anterioridad envió hace un año a dicho Tribunal una detallada apelación con más de cien folios donde se explica cómo en el juicio se produjeron diferentes irregularidades.
Primero será interpelado el abogado de la defensa, que contestará a las preguntas de los magistrados de por qué quiere un nuevo juicio, para ser posteriormente el fiscal del caso sea también cuestionado por este tribunal formado por tres jueces.
Por último, habrá una segunda intervención de Nascimento más corta que la anterior. Se espera que en algo más de un año se sepa si Pablo Ibar tiene derecho a un nuevo juicio.
Con la dinámica de otros procesos este se celebraría en el 2024 y caso de tener veredicto a favor podría salir en el 2026, en el mejor de los casos, con 54 años.
En el caso que no saliera la apelación, la defensa tiene previsto ir al Tribunal Supremo de Florida, como nueva instancia para recurrir para luego tener todavía la opción de acudir al Tribunal Federal Supremo, en ese ámbito hay tres niveles hasta llegar al Tribunal Supremo de EEUU.
La vista, en esta ocasión por videoconferencia, podrá ser seguida por cualquier interesado desde el link que la Asociación Pablo Ibar- Juicio Justo habilitará para seguir esta apelación que ya es la cuarta en la carrera de Pablo Ibar.
La última apelación realizada ante el Tribunal Supremo de Florida en el 2014 , donde a Pablo Ibar se le conmutó la pena de muerte por la de cadena perpetua, se hizo ante siete jueces en lugar de los tres de esta ocasión en un procedimiento similar.
Pablo Ibar, que cumplirá en abril cincuenta y un años, se ha pasado desde 1994 en la cárcel por un triple asesinato del que se le acusa, pese a las escasas pruebas que le incriminan. En el corredor de la muerte estuvo en el periodo que va desde el 2000 al 2016.
En la actualidad se encuentra recluido en la cárcel de Okeechobee, la más grande y masificada de Florida, en una celda que comparte con otro compañero. Por motivo del Covid las visitas se han restringido mucho en estos últimos meses aunque puede recibir llamadas telefónicas y la presencia de su familia.
Un juicio lleno de irregularidades
Nascimento, que estuvo la primavera pasada en España, invitado por la Asociación Pablo Ibar por un Juicio Justo, revelaba en aquella comparecencia a Economist & Jurist que se habían detectado 13 irregularidades en el último juicio de su representado.
Al mismo tiempo, consideraba que el magistrado Dennis Bailey, quien dirigió el proceso en el que Ibar fue condenado a cadena perpetua, vulneró derechos constitucionales del acusado.
Bailey no estará presente en este proceso porque en las últimas elecciones a jueces no fue elegido. Igual sucede con el fiscal Chuck Norton que se habría retirado del caso.
El tribunal estará compuesto por tres jueces. Joe Nascimento ha de condensar en apenas veinte minutos un proceso judicial que se prolongó durante meses y que, si bien permitió que Pablo Ibar no fuese sentenciado a la pena de muerte, como sucedió en el juicio anterior, no impidió que sobre el acusado recayera la cadena perpetua.
Nascimento, que ya formó parte del equipo de juristas que defendió a Pablo Ibar en el proceso de 2019, donde desempeñó un relevante papel, sustenta su solicitud de repetición del juicio en las numerosas irregularidades y decisiones de parcialidad en las que incurrió el juez Dennis Bailey, al que acusa de vulnerar derechos constitucionales.
El abogado de Pablo Ibar sostiene que el tribunal de primera instancia de Broward County “abusó de su discrecionalidad” y “cometió graves errores jurídicos”.
En este sentido, Nascimento asegura que “violó los derechos constitucionales” del acusado a un jurado justo e imparcial. Estima que el Estado se refirió de manera “inadmisible” al derecho que ampara al acusado a guardar silencio y dio a entender que aquel silencio de Pablo Ibar era una “admisión de culpabilidad”, lo cual “constituye una clara violación de la Quinta Enmienda de la Constitución”.
De igual manera, entiende que el mismo órgano judicial no actuó de forma imparcial cuando prohibió a la defensa interrogar a testigos clave para los intereses de Pablo, o cuando admitió la declaración sobre una rueda de reconocimiento fotográfica de otro testigo que dijo haber visto el día de los hechos a Ibar a bordo del Mercedes de Casimir Sucharski, una de las víctimas.
La defensa señala al respecto que los procedimientos puestos en práctica por los agentes que investigaron los hechos “fueron innecesariamente sugerentes” y condujeron al testigo “a una probabilidad sustancial de identificación errónea”. Y añade que la introducción de esta prueba “no fue inocua”.
Joe Nascimento argumenta de igual modo que el juez vulneró el derecho constitucional de Ibar a un proceso con todas las garantías y su derecho a la contradicción, al prohibir que la defensa interrogase al especialista del Estado en materia de ADN sobre anteriores casos de contaminaciones cruzadas que se produjeron en el Laboratorio de Criminalística del Sheriff del Condado de Broward.
Como se recordará, la Fiscalía aportó para este juicio, de manera un tanto sorpresiva, una camiseta que contenía unas minúsculas muestras de ADN de Pablo Ibar. La defensa ha venido sosteniendo que dicha muestra en todo caso fue fruto de una contaminación que se produjo en el laboratorio.
En la apelación se critica también la “conducta inapropiada” del fiscal Charles Morton, quien en el alegato final negó a Pablo Ibar su “derecho constitucional a un juicio justo”. Cree el abogado que, una vez más, el juez abusó de su discrecionalidad cuando desestimó la protesta de Pablo Ibar después de que el fiscal pusiese fin a su informe con una “declaración incendiaria”.
Morton llegó a decir a los componentes el jurado que no permitieran “que este hombre se salga con la suya; se libre de haber cometido un asesinato”. Una vez finalizada la vista de apelación, se abre un periodo de deliberación entre los miembros del tribunal.
Un crimen sin resolver
Mientras tanto, Pablo Ibar permanece en la prisión de Okeechobee (Florida). Ibar fue declarado culpable del triple crimen que acabó con las vidas de Casimir Sucharski, dueño de un local nocturno y propietario del chalet donde se perpetraron los delitos, y de las jóvenes Sharon Anderson y Marie Rogers.
Los tres fueron asesinados por dos individuos que irrumpieron en la vivienda. La secuencia de los hechos fue grabada por una cámara de vídeo situada en el salón de la casa, que, en un momento determinado, capta el rostro de un joven con rasgos latinos que la Policía identificó con Pablo.
Hasta el momento se han celebrado tres juicios y otras tantas apelaciones. El primero tuvo lugar en 1998 tras su detención en 1994, donde se declara juicio nulo.
En el segundo juicio, en el año 2000 se le condena a muerte y el tercero fue la repetición del citado. Entre medidas distintas apelaciones que se pidieron y que fueron concedidas por los tribunales respectivos.
Sin embargo, en el último juicio celebrado en el periodo de tiempo que va desde noviembre de 2018 a mayor del 2019, donde quedó acreditado, incluso por peritos de la acusación, que dicho vídeo no tenía la calidad de imagen suficiente para realizar ninguna identificación.
En dicha vista el tribunal de Florida le condenó a cadena perpetua con las escasas pruebas que así fueron calificadas por el Tribunal Supremo de Florida. Según nos comentan de fuentes cercanas a la defensa de Pablo, antes de cada juicio y apelación se hizo el correspondiente análisis de ADN y en todos sale negativo por parte de Pablo, salvo en el último donde aparecen estas motas insignificantes a juicio de la defensa.
De manera paralela, la Asociación Pablo Ibar – Juicio Justo continúa trabajando en la recaudación de fondos que permitan costear la apelación. El presupuesto para esta apelación es de 200.000 dólares (164.200 euros).
La asociación mantiene una campaña de crowdfunding para que quien desee pueda colaborar en hacer frente a los gastos y ofrece a través de su
página web y las redes sociales la posibilidad de efectuar las aportaciones que deseen.